Costumbres navideñas que crean identidad cultural
Cuando llegan esos olores, esas comidas y bebidas, es entonces cuando sabes que la Navidad está cerca. Sin embargo, para cada país e incluso región, esos aromas y costumbres son diferentes.
En Austria, la Navidad llega cargada de luces que brillan en la oscuridad de la tarde, y el aroma del famoso Glühwein, un vino caliente especiado con canela, clavo, cardamomo y cáscara de naranja. Se sirve en los mercados navideños, donde hay más especialidades culinarias, variando de un lugar a otro.
En Vorarlberg, la región de origen de los creadores de Euro Career Group, nos encanta el queso raclette que se sirve en una rebanada de pan moreno, cargado de queso fundido y cebollas pochadas.
Costumbres típicas de la Navidad Austriaca
Los mercadillos navideños comienzan a finales de noviembre o como tarde el 1 de diciembre, cuando se inaugura oficialmente la época del adviento. El último día de los mercadillos navideños (Weihnachtsmarkt, Christkindlmarkt) es el 23 de diciembre. El día 24 es un día de familias, en el que las tiendas cierran a mediodía, permitiendo que cada familia prepare su propia celebración navideña.
Adventskranz – La corona de adviento
El Adventskranz, la corona de adviento, no puede faltar en un hogar austriaco. Se trata de un arreglo de ramas de abeto, normalmente redondo, con 4 velas que se encienden poco a poco. Desde 4 domingos antes de Nochebuena, se enciende una vela cada domingo hasta que la cuarta vela anuncia la llegada de… ¿Sabéis de quién?
El Christkind, no los Reyes Magos ni Papá Noel, es el protagonista de la Nochebuena. Según la costumbre, el Christkind, el niño Jesús, trae los juguetes e incluso decora el árbol de Navidad.
Los calendarios de adviento, que han ganado popularidad en los últimos años en España, también tienen un papel clave en la Navidad austriaca. Las 24 puertecitas pretenden hacer más corta la espera al «Christkind», el niño Jesús, que promete traer regalitos a todos, especialmente a los niños.
Oh Tannenbaum – El abeto o pícea de la Navidad
El árbol de Navidad en Austria tiene una larga tradición. Los árboles se suelen comprar en los mercados especializados para ello, donde se venden árboles de la región y también de países nórdicos.
Una curiosidad: el árbol de Navidad, según cuenta el popular villancico «Oh Tannenbaum», representa la esperanza de que la naturaleza vuelva a nacer. Los abetos o píceas son de los pocos árboles con hojas perennes, es decir, no pierden su color verde.
Las galletas navideñas, conocidas como Weihnachtskekse, Keksle o Plätzchen, suelen hacerse en casa. Se elaboran diversas variedades a lo largo de la época de adviento y se guardan en latas y fiambreras, creando hermosos platos de estas delicias entrañables.
Entre las más famosas se encuentran Vanillekipferl, Spitzbuben, Kokosbusserl, Rumkugeln, y no pueden faltar las galletas con formas de estrellas, caritas y corazones que a los niños les encanta crear con los moldes preparados para ellos.
El Glühwein, Glühmost y Glühpunsch, bebidas calientes especiadas con vino, sidra o ponche, son esenciales para disfrutar del frío exterior. No puede faltar el olor y el sabor para vivir una Navidad austriaca. También hay opciones sin alcohol para los niños, así toda la familia estará contenta.
Desde los niños de las escuelas hasta los coros y agrupaciones de adultos, los villancicos resuenan en todas partes, emocionando y anunciando la pronta llegada de la Navidad.
Un detalle interesante: los villancicos austriacos suenan en su mayoría como nanas infantiles, a diferencia de España, donde los peces en el río beben y beben. En Austria, suele pedirse silencio (Still, Still) en las canciones, ya que el niño está durmiendo.
El villancico más famoso del mundo
El villancico más famoso del mundo, traducido a más de 300 idiomas, es un vivo ejemplo del sonido de la Navidad austriaca. «Noche de paz» en español, «Stille Nacht» (noche silenciosa), fue creado en un pequeño pueblo de la Comunidad Autónoma de Salzburgo.
Nikolaus y Krampus, ¡ni Santa Claus ni Papá Noel!
El día oficial de Nikolaus es el 6 de diciembre. Aunque no es un día festivo, sus vísperas (normalmente 4 y 5 de diciembre) están repletas de costumbres.
Se verá por las calles al señor Nikolaus con su barba blanca y su manto rojo en trineos y coches de caballos. Su mitra y báculo de obispo lo distinguen de las figuras de Santa Claus y Papá Noel.
Nikolaus visita a los niños y trae mandarinas, nueces, Lebkuchen (pan de jengibre y especias), chocolate y tal vez algún que otro juguete. A menudo va acompañado por el Krampus, una figura diabólica que ha dado lugar a historias terroríficas.
No es para menos: ¡Krampus amenaza con llevarse a los niños malos!
El 25 termina la Navidad
Sí, aunque los árboles aún lucen en las casas hasta el 6 de diciembre, a partir del día 26, para los austriacos ya no se habla de Navidad. Comienzan las rebajas, y se preparan las fiestas de fin de año y el Carnaval. A partir del 27/26 de diciembre, no se escucharán villancicos, comenzarán a sonar los valses de Johann Strauss, símbolo del Año Nuevo.
Sylvester, el 31 de diciembre
Sylvester se llama el gran día en el que se despide el año con una fiesta entre amigos, menos familiar e íntima, más bulliciosa, festiva y con baile.
En lugar de las 12 uvas, en Austria no se comen uvas a medianoche del 31 de diciembre cuando las campanas de la Catedral de Viena, llamada cariñosamente «Pummerin», anuncian el Año Nuevo.
No son 12 golpes, es un sonido hermoso y profundo de esa campana que permite brindar y besar a los seres queridos. Rápidamente, ya que una vez que termine de sonar la campana, los austriacos escucharán y bailarán el vals más famoso de todos, el vals del Danubio Azul, llamado popularmente Donauwalzer.
¿Las costumbres atan o liberan?
La Navidad es la época que viene más cargada de emoción y hábitos culturales. Esto puede causar también mucha tristeza e incluso depresión cuando uno se encuentra lejos de su país.
Es difícil vivirla fuera, sin la familia, sin el contexto cultural y sin el tiempo que la acompaña. En España, y más en el sur, las bebidas alcohólicas calientes no tienen sentido, ni tampoco el anhelo de unas «blancas Navidades».
Cada cultura tiene su propio contexto cultural, adaptado a su cultura. Anhelar que sea como en «mi tierra», «mi familia» es comprensible, humano y a la vez puede crear momentos de dolor y frustración.
Un cachito de Navidad
Tal vez pueda ayudar, no obstante, traerse o preparar un «cachito de Navidad» a la tierra lejana, ya sea una bebida o dulces típicos.
¿Por qué no compartir un poco de Navidad en la tierra lejana con una canción de «Los Peces en el Río», unos polvorones o pestiños, y un cálido «Feliz Navidad»?
Con Euro Career Group nunca estás solo
En Euro Career Group entendemos que estar lejos de la tierra querida es difícil. Y aunque no podemos quitarte la tristeza, queremos que sepas que nunca estás solo.